La selenita es una variedad de yeso cristalizado, de origen antiguo, cuyos principales yacimientos se encuentran en España, México, Alemania (Bosque de Turingia), y la República de Macedonia.
Los cristales de selenita se distinguen por ser transparentes (incoloros), con estrías (grietas) internas de color blancuzco. Su apariencia pulida guarda cierta semejanza con el vidrio común.
El nombre del mineral hace referencia a Selene, diosa griega de la Luna. Los antiguos creían que la selenita se formaba en la Luna (o bajo el influjo lunar), y era capaz de guardar los secretos de los magos, entre sus grietas.
En este sentido, el uso de la torre de selenita propicia el acercamiento a los saberes ancestrales, las vidas pasadas y la espiritualidad, especialmente la conexión con el reino angélico.
Asimismo, las personas con habilidades psíquicas utilizan la torre de selenita para amplificar sus dones, especialmente aquellos relacionados con la telepatía, el viaje astral y la conexión con existencias anteriores.
Al conectar con las vidas pasadas, empleando la torre de selenita o un espécimen de este mineral, el sujeto busca integrar el aprendizaje de la vida pasada en la existencia actual, para continuar con su evolución.
Dentro del hogar, la torre de selenita colabora con la armonización del ambiente, facilita la comunicación entre los seres queridos. También aumenta la tranquilidad y la agudeza mental.
En el Feng Shui, se considera que la torre de selenita (eléctrica) tiene las mismas propiedades de la lámpara de sal del Himalaya, capaz de emitir iones negativos que reducen las radiaciones, emanadas por aparatos electrónicos.
De la misma forma, es apreciada por su cualidad de facilitar procesos de meditación y concentración, además de funcionar como un elemento protector y activador de la buena suerte.
Al tratarse de una forma cristalizada de yeso, la selenita no puede ser lavada con agua, porque le provoca desgaste. Así que debe ser purificada con imposición de manos, o a través del contacto con otro cristal.
En este último caso, se recomienda emplear amatista. Puedes frotar suavemente la torre de selenita con una pieza de amatista (si se trata de una figura grande) o colocarla dentro de una drusa (gruta) de amatista, por 10 minutos, si es pequeña.
La selenita es un cristal de elevada vibración espiritual, por lo que requiere poca limpieza y carga. Sin embargo, antes de su primer uso, es conveniente dejar la torre pocos minutos a la luz del sol o la luna, para potenciar su poder.
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